Cambio de paradigma en la educación.

Hay tres tipos de personas en el mundo: los inamovibles, los movibles… y los que se mueven.

En España gastamos 7.300 euros por alumno y año en educación pública, de media. Es, aproximadamente, lo que cuesta escolarizar en las escuelas privadas del cuartil más elevado. La educación estatal parece, cada vez más, enfocada a soportar nóminas de funcionarios inadaptados que a dar un servicio de calidad, un servicio orientado a ese cliente tan especial, como es el alumno. Adicionalmente, en España, en lugar de orientarnos a que nuestros hijos aprendan las habilidades necesarias para entenderse, integrarse y desarrollarse en este planeta, que ya es global, damos la máxima prioridad a culturas, tradiciones e idiomas locales, que son convenientes e incluso necesarios, pero no prioritarios.

Hace unas semanas, en una sesión de información para la escolarización de mi hija, pude comprobar cómo la charla se transformaba en un monólogo dogmático sobre la importancia del idioma regional, orientado a competencias plenas, al tiempo que el inglés se quedaba simplemente en competencias básicas. Es sólo un mínimo ejemplo de entre las diversas circunstancias que reflejan que los funcionarios de este país no están preparados para ayudar al desarrollo de los conocimientos y destrezas que necesita el alumno. En otros países también ocurre esto, aunque sea menos crítico.

En lo referido a tecnología ocurre lo mismo, los alumnos son los que las manejan y los profesores los que sufren la inadaptación. Esta disciplina, junto a las comunicaciones y los transportes han cambiado nuestras vidas en muy pocos años, tanto en lo referido a nuestro tiempo de ocio, como al dedicado al aprendizaje o al desempeño laboral.

Ahora, el trabajo te exige más capacidades multitarea, a pesar de que nos negamos a aceptarlo, en busca de una mayor productividad. Cuando estamos en un congreso o una conferencia ya no sólo tenemos oídos para la charla magistral, sino que estamos interactuando con el ponente, con otros asistentes, e incluso con los que no están. En las casas, los niños demuestran una gran habilidad de multiconexión, al tiempo que pierden otras para la concentración, que marcó nuestra época pasada. Lo cierto es que han cambiado demasiadas cosas y el sistema educativo brilla por lo obsoleto.

Decía Benjamín Franklin que «Hay tres tipos de personas en el mundo: los inamovibles, los movibles y los que se mueven», eran las palabras recitadas Ken Robinson al finalizar una fantástica presentación sobre la necesidad de una revolución educativa, hace unos meses, que ahora se ha plasmado en esta presentación. Me ha llegado vía Microsiervos.

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One Comment en “Cambio de paradigma en la educación.”

  1. josechu Says:

    Hola, Alberto: el mes qeu viene creo que me publicarán un comentario a un libro. El libro defiende la necesidad del «cámbio de paradigma» (la cuestión es que lo de tal cámbio, o revolución, es un camelo, siempre pues Kuhn está superado, por Bueno, como es de suponer) del evolucionismo. Como está sin publicar lo mando por correo al gabinete, por si esta vez le interesa el tema a alguno de los amigos.


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